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ACTIVIDADES DE LENGUA
El burro y la oveja

Había una vez un burro que paseaba por el campo y se encontró con una alegre ovejita que cantaba y saltaba feliz por el verde prado. Al verlo, saludó diciendo:

—Buenos días señor burro.

—¡¿Qué tiene de bueno este día?!—dijo gruñendo el burro a la sorprendida oveja.

—Está de mal humor por lo que veo —dijo suavemente la oveja para no incomodarlo.

—¡Claro!, cómo no voy a estar molesto si todo el día tengo que cargar bultos muy pesados.

—Es usted muy fuerte.

—Y tú muy floja. Ya quisiera yo estar cantando y paseando como haces tú y solo comiendo pasto. Eso es vida. En cambio yo ni como bien, ni descanso… solo sirvo para cargar. Encima me tratan mal. Ojalá tuvieras que vivir lo que me toca a mí al menos por un día —respondió en voz alta el burro.

—Sí, eso quiero hacer. Tú tomarás mi lugar y yo el tuyo por un día —dijo la oveja.

—Ese mismo día la oveja se disfrazó de burro y el burro se disfrazó de una linda y tierna ovejita. A medida que pasaban las horas, la oveja estaba cansada de cargar bultos y el burro estaba aburrido por estar solo en el pasto. La oveja ahora admiraba al burro por su fortaleza y el burro admiraba a la oveja por su carácter. Entonces se hicieron muy amigos y esa noche ambos volvieron a ocupar cada uno su lugar otra vez.

 

Después de meditar llegaron a la siguiente conclusión: 

Cada uno tiene sus fortalezas y debilidades, pero lo mejor y lo más importante es aceptarse cada uno tal como es. Al fin y    al cabo cada uno es diferente y tiene sus propias cualidades.

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