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CONCURSO DE LAS CRUCES DE MAYO

Las primeras CRUCES DE MAYO cordobesas  se remontan al arranque del siglo XX.

Se trataba de un evento con un matices populares que servía para unir dos vertientes, por un lado, era una fiesta que servía para anunciar la llegada de la primavera y, por otra parte, se fundía con la religiosidad.

La cruz es un símbolo eminentemente cristiano. En el caso de su peculiaridad en el mes de mayo, significa el triunfo de Jesucristo sobre la cruz.

Existen teorías que argumentan que el origen religioso, pudo estar en el año 326 de la era cristiana.
Esa fue la fecha en la que falleció la emperatriz Helena de Constantinopla después de encontrar la verdadera cruz de Jesucristo (Vera Cruz).
Fue el 3 de mayo cuando, antes de morir, pidió a sus seguidores que celebraran el hallazgo cada año en esa misma fiesta.

La ubicación de donde se ponían previamente no es la actual.
Ha ido cambiando con el paso de los años, ya que a principios del siglo XX se montaban en el interior de los patios y eran los propios vecinos los que se encargaban de su montaje.

Es más su decoración floral procedía en su mayoría de las propias flores que estos mismos patios tenían. Además, tampoco existía una fiesta propia y, menos aún, un concurso con participantes.

El tamaño de estas cruces también era bastante inferior al actual.

En los años 40 eran escasas las expuestas, si bien había algunos ejemplos, como es el caso de la cruz de la plaza del Moreno que mantenía la tradición.

 

A finales de esta década solían montarse en los recintos de los cines de verano como los de las Delicias, el Cinema España, Avenida, San Cayetano; donde estaban expuestas y eran amenizadas por orquestas como la de los Hermanos Conde.

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Las cruces permanecieron en el interior de los patios durante décadas hasta que en 1953, cuando empezaron a gozar de gran popularidad y surgió la competitividad entre todos aquellos que las montaban, arrancó el concurso. En esa primera edición del certamen, cruces y patios participaban unidos y la organización ya corrió a cargo del Ayuntamiento. Sin embargo, solo un año después, en 1954 ya eran independientes.

Las actuales cruces pueden llegar a medir hasta tres metros y su decoración dejó de ser de flores recogidas para contar con unos diseños compuestos con flores de vivero, sobre todo claveles rojos y blancos. Además, junto a la cruz es frecuente contar con una decoración nutrida de elementos propios de la cultura cordobesa, como son los mantones, la guitarra española y las macetas.

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